Ayer viajé de Sondrio a Belluno. Por la montaña; la ruta fue de nuevo de las más divertidas que pueda haber tomado (via Edolo). La recorrían más motos que autos, y las motos que había eran de las mejores del mundo, y los pilotos también. Me pasaban como si estuviera en mi 125! Yo no sé doblar rápido todavía, y por eso no lo intento. Ellos me pasaban en Triumph, Ducatis, BMW 1200s, motos naked de cualquier marca, etc, con trajes de cuero (mi campera alquilada flamea con el viento). Cuando las veía acercarse les dejaba paso, y los miraba doblar. También vi que cuando los autos se tiran a la derecha las motos pueden pasar por el medio. Cosas que no necesariamente quiero aprender o hacer, pero disfruté mirar. Hay motos tipo scooter pero muy potentes viajando, no las conocía. También pasé a 4 viejos viajando en Vespas, una imagen hermosa. Crucé el Parque Nacional de las Dolomitas, y llegué a Belluno.

La ruta más apasionante podría filmarse con una cámara en el casco. Paro a tomar fotos en momentos más tranquilos:

Parte de la ruta a Belluno

Me trajeron a este pueblo los paisajes: las Dolomitas son Patrimonio Mundial de la Humanidad, montañas de roca verticales y de corte “filoso”, como nuestro Cerro Torre en Argentina. Belluno me recibió con una feria en la Plaza Central donde distintos países cocinaban sus platos típicos. También me trajeron trámites familiares: mi tatarabuelo nació acá, y vine a buscar su Certificado de Nacimiento. El Lunes a la mañana no abre casi nadie. Pensé en empezar por la Iglesia siendo que el nacimiento fue hace más de cien años pero estaba cerrada. Caminé a la Policía Provincial y en recepción me atendió una señora grande. Esperaba que hablara sólo italiano pero hablaba también portugués e inglés, y “estaba estudiando un poquito de español”, idioma en el que nos comunicamos perfectamente. Carla es nacida en Brasil, y a pesar de haberme dicho las cosas que necesitaba llamó desde su celular a su amigo Fabián, argentino que vive en Belluno, por si me podía tirar alguna punta para obtener el “certificato di nascita”. Con Fabián nos hicimos amigazos al teléfono, nos veríamos si me quedara más tiempo en Belluno. Con Carla lo mismo, charlamos un rato antes de irme a la Comuna.

En la Comuna me dijeron que los documentos viejos no están digitalizados, y que el trámite se inicia por mail. Suficiente papelerío para un viaje en moto por Italia, le dije “muchas gracias”, tomé el papel con las instrucciones, y encaré para Verona. Había pensado en quedarme dos noches en Belluno, y a lo sumo hacer algún paseo corto en moto además de descansar, pero al final preferí seguir viajando.

Belluno

La ruta a Verona fue plana, que fue bueno para descansar un poco de caracoles y maniobras. Crucé varios viñedos y viejos palacetes medio abandonados. Fue una ruta bastante monótona, el paisaje se puso “muy lindo” solamente. Tuve tiempo para pensar algunas cosas.

Al desayunar escuché campanadas de las iglesias cercanas. Crecí escuchando esos sonidos y ahora me sientan familiares y agradables también. Me acordé de mi primer mañana en Turquía cuando escuché los rezos públicos por altoparlantes, y la sensación de invasivo que me dejó. Me pregunto si las campanadas generan similar sentimiento a quienes no comparten historia católica.

Una amiga me habló de las “experiencias pico” (link), un concepto similar al Estado de Flujo. Una de las características es el sentir que uno está usando toda las capacidades al potencial máximo, estando “funcionando completamente”. Recordé el frenar: la pierna izquierda haciendo rebajes, la mano izquierda manejando el embrague, la pierna derecha manejando el freno trasero, la mano derecha manejando el freno delantero, el cuerpo manejando el equilibrio, la vista midiendo las distancias, el oído escuchando el régimen del motor, la mente comandando todo en tiempo presente, sin pensar en nada más, y muy concentrada pero a la vez funcionando en “piloto automático”. Explica en parte el porqué estos pequeños placeres y pasiones alegran tanto, referente a mi anterior post. Ella dice también que el sólo hecho de disfrutar mucho alguna cosa es un logro en sí mismo, y que hace a la felicidad a su manera, junto a las otras cosas mencionadas en la nota anterior, y entre otras. Pavada de amigos tengo, hablando de cosas que hacen a la felicidad.

En fin, la ruta recta me dejó en la zona industrial de Verona, hasta que entré en el casco antigüo. Di algunas vueltas y es una gran ciudad histórica, con arquitectura de siglos atrás, calles angostas y de piedra, y hasta un anfiteatro romano del siglo primero que todavía se usa para eventos! En Información Turísitca me dijeron que hoy tocaba ahí Santana, y tuve la suerte de conseguir una entrada. Qué buen roquero este tipo! Inolvidable el show, un gran regalo inesperado.

Santana en la Arena de Verona

La moto duerme en el hotel, y creo que será aquí en Verona donde tal vez tome dos noches. Carlos Santana no me dejó tiempo para recorrer. Mañana veré!