Estas semanas programamos mucho, y llegaba a casa con ganas de hacer actividades extra laborales y startup-chile, así que dediqué mi ocio al ocio (activo, excepto hoy por fin) y a deportes. Conocí a muchos chilenos, ellos me contaban de cómo vivieron Buenos Aires cuando viajaron y yo de Santiago de Chile ahora, y las descripciones resultaban iguales: “en tu ciudad la gente parece vivir más relajada que en en la mía”. Y concluiamos que cuando uno viaja se mueve por lugares y “atrae” gente distinta que cuando uno vive la vida diaria. Parece que vivo vida diaria, pero si dibujo un mapa con las zonas que conozco de Santiago va a resultar bien turista (barrios Bellas Artes y Bella Vista, y montañas el 99% del tiempo).

Estuvimos saliendo a correr regularmente en las mañanas con un amigo de Startup Chile, Michael. 4 veces por semana, temprano, al Cerro San Cristóbal, por el camino difícil y corto durante la semana, y por tramos más largos en fines de semana, entrenando para maratones de Septiembre y Octubre. Porque nos cuesta poco hablar (y eso que nos gusta mucho correr), mucha gente se enteró y se interesó. Todos los “startupers” son jóvenes, muchos deportistas, pero no tenían compañeros para ir a correr, o al gimnasio, o lo que sea. Se fueron uniendo de a poco, hasta que la última vez llegué al punto de encuentro y me esperaban dos desconocidos (y faltó uno, que me escuchó al almuerzo hablar de esta salida pero se quedó dormido). Así que surgió un grupo de correr: a las 8 en el Museo, a las 8:30 vemos Santiago amaneciendo desde el mirador, bien cansados, y a las 9 tomamos un jugo de naranja que una mujer exprime en el puente del Rio Mapocho. Buen baño y a trabajar, una linda rutina.

Ayer corri una “Merrell Climbing Tour”: cientos de atletas subimos al cerro Robles, ~750mts en 8.3km. De suerte pude ir: a las 7:30am esperaba que nos pasen a buscar pero no me esperaban (teléfono descolgado), y hubo lugar en el auto porque de casualidad otra corredora había decidido ir en su auto. Gracias, vida. Cuando dije que quería ir Silvia no me creyó, le prometí que sí, pero que la completaría en 2 horas. En 1:27hs estaba en la cumbre, mirando las nubes abajo en los valles, de nuevo como desde un avión, y la cordillera nevada al fondo. Emocionante, creo que en mi vida me voy a acostumbrar a los paisajes de montaña. Y la subida entre bosques, caminos de piedra, un precipicio incómodo con “peralte” hacia afuera… un niño en Disney tal vez se podría divertir tanto. Para precalentar antes de la salida los animadores hicieron bailar a todos música latina, hasta un serenense de 65 años bailó con toda la actitud (ya era una locura verlo en la Climbing Tour, notoriamente “viejo”). Bajada caminando, charlando con Silvia y mirando paisajes. El honor: ella salio primera en la general de esta carrera, pero me vio en buena forma y dice que podemos entrenar juntos, y me aconseja sobre cómo entrenar. Me invitó a correr ultra-maratones (50km u 80km en la Patagonia en Diciembre), primer invitación que recibo en Chile y que niego!

Estuve paseando seguido por bares cercanos: particularmente me encanta Thelonius, donde tocan bandas de Jazz de Santiago e invitados de afuera también. A veces son excelentes como en Thelonius Buenos Aires, a veces son muy buenas como en la casa de Jazz que había en Núñez, y nunca es nada más que “bueno”.

Cuando estaba en Argentina preparando mi mudanza esperaba parar en la casa de tres jóvenes chilenos/as profesionales, pero una brasilera me “ganó”. Resulta que la brasilera es amiga de Start up Chile! Me cuenta que en su lugar también los compañeros de pieza son increíbles, y tiene mucha vida social, pero encuentra Las Condes demasiado lejos de la oficina y de Bellas Artes, donde le gustaría más pasear, y hacíamos chistes de cómo hizo para “ganar” la casa, o de que menos mal que así lo hizo, etc. Michael escuchaba la conversación y dijo que menos mal que me tocó al final vivir en Bellas Artes. Le pregunté cómo podía saber que es mejor y contestó que es obvio: “el equipo de correr es buenísimo!”. Y bueno, aún no podía saber que todo lo anterior también se desprende de haber tenido que vivir acá.